Las manos que delatan: IA, concursos despistados y un tal Leonardo que ya lo había resuelto
En el maravilloso y algo caótico mundo de la fotografía, 2023 nos regaló un momento digno de comedia renacentista: una imagen generada por IA ganó un concurso fotográfico internacional. Sí, lo leíste bie

n. Y no fue precisamente porque la IA inventara una nueva técnica artística, sino porque los jurados… no notaron que las manos estaban mal hechas.
Exacto: manos extrañas, deformadas, con dedos de más o de menos, como si hubieran salido de una pesadilla anatómica con poca señal de Wi-Fi.
Cuando la IA quiere ser artista… pero se le enredan los dedos
Las manos humanas son complicadas: tienen 27 huesos, se mueven con una expresividad que ni Shakespeare, y son capaces de sostener desde un pincel hasta una rebanada de pizza con elegancia. Pero para la inteligencia artificial, son como un examen sorpresa de anatomía… en latín. Las genera con dedos fusionados, falanges inventadas o uñas del tamaño de cucharitas de té.
Y como si no fuera suficiente, los pies tampoco se salvan. A menudo parecen flotar como si fueran globo aerostático anatómico, o directamente se transforman en algo que haría llorar a cualquier podólogo del Renacimiento.
Leonardo da Vinci lo vio venir... hace 500 años
Mientras que la IA todavía se pregunta cuántos dedos tiene una mano normal, Leonardo ya estaba diseccionando cadáveres para dibujar pies con la precisión de un cirujano y la sensibilidad de un poeta. Las manos y pies en sus bocetos no solo son correctas, son casi mágicas: expresan intención, tensión, emoción.
Para él, una mano no era solo una extensión del cuerpo. Era un manifiesto artístico. Un “aquí estoy”, un “esto siento”. Y tú, pobre algoritmo, sigues confundiendo un pulgar con un bigote.
📸 Jurados fotográficos: ¿realidad aumentada o atención disminuida?
Tras el escándalo de Pseudomnesia: The Electrician (la obra de IA que ganó y luego fue retirada cuando su autor confesó la farsa), muchos concursos se han puesto las pilas:
Piden archivos RAW, porque sí: ¡hay que demostrar que uno aprieta un obturador y no solo un botón de “generar”!
Separan las categorías: ahora hay “fotografía real” e “imaginación digital desbocada”.
Los jueces reciben entrenamiento para detectar errores comunes... y se rumorea que algunos ahora sueñan con manos mutantes por las noches.

Conclusión: donde una mano mal hecha dice más que mil palabras
Las manos y pies se han convertido, curiosamente, en el detector de mentiras más efectivo contra la IA artística. Así como los vampiros no se reflejan en el espejo, las IAs aún no logran reflejar del todo la humanidad que encierran nuestras extremidades.
Así que la próxima vez que mires una imagen sospechosamente perfecta, ya sabes dónde buscar la pista: míralas a las manos,. Si parece que esa persona podría aplaudir y hacer malabares al mismo tiempo, probablemente no sea humana… o es que la IA necesita volver a clases de dibujo técnico.