Pamplona, 25 de octubre de 2025 – Fue el Día Internacional del Artista
En Navarra, cada producto tiene su día. Cada sabor, su feria. Cada enfermedad, su iluminación. Pero el arte —ese alimento invisible, esa luz que no se ve— no tiene día, ni acto, ni edificio iluminado.
Día sin denominación ni despliegue:
El día Internacional del Artista – 25 de octubre
→ Sin programación oficial
→ Sin mención en prensa institucional
→ Sin iluminación en fachadas ni actos públicos
La contradicción navarra: La fachada del Ayuntamiento se tiñe de rosa, azul, verde, violeta… Pero el arte no tiene color oficial, ni día de visibilidad. El artista —ese cuerpo que documenta, transforma, denuncia, imagina— queda fuera del protocolo, como si no alimentara, como si no curara.
Moraleja entre txistorra y protocolo
Mientras el funcionario se pierde en expedientes y el político se ilumina por enfermedades, el artista —ese cuerpo sin día oficial y paria para muchos— sigue creando sin permiso, sin presupuesto, sin fachada iluminada.
El Día Internacional del Artista, celebrado cada 25 de octubre, no fue elegido al azar: es el cumpleaños de Pablo Picasso, nacido en 1881, símbolo de ruptura, metamorfosis y mirada incómoda. Fue instaurado en 2004 por el pintor canadiense Chris MacClure, como gesto de reconocimiento a quienes transforman el mundo con pigmento, palabra, cuerpo o sonido.
Pero en Pamplona, ni el Ayuntamiento ni el Gobierno de Navarra parecen enterarse. No hay acto, ni cartel, ni mención. Como si el arte no alimentara. Como si el artista no existiera.
Todas las publicaciones


