DIARIO DE NAVARRA
20 -1 - 1999

Arte

El juego fotográfico, base del último trabajo de Natxo Zenborain

“Fotocalcografías”, título de la muestra del artista pamplonés que expone 70 imágenes en la Sala Descalzos

 "En el mundo existen tantos ombligos como personas". La frase encabeza la pequeña carpeta-catálogo que  presenta el currículo  y parte de la obra del artista Natxo Zenborain  (Pamplona 1960.)

El autor, que expone 70 imágenes en la Sala Municipal de la  Calle Descalzos, proclama un manifiesto particular contra el individualismo, negando eso de que "todos nos creemos el ombligo del mundo".

Su propuesta para salir de ese mundo cerrado es un paseo por sus fotocalcografías, unas imágenes obtenidas mediante un proceso químico que, mediante diversas combinaciones de tiempo y preparados, permite fijar el color de la fotografía sobre una cartulina "un proceso que dura de tres a 5 minutos porque si te pasas  ya no hay nada que hacer, todo sería un borrón". Tras despegar la fotografía original, si el secado ha durado bastante tiempo se producen unos hilitos resultantes que casi pasan desapercibidos "pero que producen una sensación de movimiento en el trabajo final", según explicaba ayer el autor de las obras.

Además el procedimiento manual continúa con un tratamiento posterior: pastel,  ceras, rotuladores, acuarela, óleo....

 "Me gusta, conjuntar las cosas, ver lo que sale, jugar. No estoy quieto".

La mayoría de las obras expuestas son fotografías (algunas divididas en varias piezas), aunque también se exhiben algunas imágenes de dibujos, que pueden ser trabajadas manualmente o por ordenador." Algunas de las imágenes ya las había realizado anteriormente pero ahora las he reproducido eliminando la fuerza de las fotografías en bruto como la intensidad de los colores; la sensación que queda es de algo aterciopelado".

 Una exposición, un viaje

 En opinión de Zenborain el conjunto de las fotocalcografías sugiere también un hilo conductor "Se podría escribir un guión y éstas serían las imágenes". Dicho viaje recorre el centro de Pamplona, el casco antiguo, un lugar donde vive el artista "vivo en Ansoleaga, la calle más olvidada de Pamplona, y en un lugar medieval, salgo por un pasadizo a la ciudad. No puedo estar más perdida en el tiempo que en este lugar". El "viaje" por esta exposición comienza con una fotocalcografía de un coche que empieza a ser desconocido para las nuevas generaciones, "un 600", y recorre varias partes de Pamplona como la catedral, en la que hay dos versiones, una de las cuales contiene un desnudo "que sólo lo apreciaran tres personas", la puerta del ayuntamiento, las chimeneas de algunas casas de Pozoblanco, la estatua de "Hemingway" en la plaza de toros o las columnas y Vigas del antiguo Euskal Jai. El "paseo" se completa con imágenes y animales como caracoles ovejas o delfines, para representar el mar.

 Antes de concluir el recorrido, se reflejan los estados de ánimo de las personas en obras como "gnosis" y “miradas”. La muestra finaliza con "una Parca contemplando dos vidas " y una calavera, en definitiva alegorías sobre la muerte. "No es que sea un ciclo que termine. Se puede interpretar en cualquiera de los dos sentidos aunque lo más usual sería empezar por el coche y terminar con la parca"

 Zenborain explicó ayer en la presentación que desde hacía tiempo no presentaba nada en Pamplona y que ha querido "hacer una especie de innovación" porque "no me gusta hacer las mismas cosas siempre"
 Durante los meses de noviembre y diciembre el artista pamplonés participó en una muestra colectiva ("proyectos instalaciones") en la fundación ha. Orensanz de New York.

La exposición en Pamplona puede verse hasta el 14 de febrero en una sala del Patio de los Gigantes de la Calle Descalzos de lunes a viernes y en horario de seis a ocho y media y los sábados se puede visitar un de 11 a 1 y de  5 a 8 de la tarde

P.S.

                
 


 

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