Periódico : NAVARRA HOY (CULTURA) 14 -4 - 1991

Arte

Cruce de caminos

  • Ayer se estrenó en la ENT el montaje "Egunsenti esperientzia", una propuesta de fusión entre la música, la danza y el color
    •  

    "Egunsenti esperientzia" es un espectáculo global. Mezcla la música con la danza en un montaje que tiene varios aspectos innovadores. "Egunsenti" nace de la mano de Raúl Madinabeitia en el conservatorio Pablo Sarasate de Pamplona. En un primer momento estaba compuesto por los alumnos de txistu pero la evolución seguida por el grupo les ha llevado a integrar los instrumentos autóctonos vascos con el violín, violoncello, guitarra y percusión. Este atípico espectáculo se estrenó ayer en la Escuela Navarra de Teatro y recorrerá otras localidades de la Comunidad Autónoma Vasca.
     

    Para hacer esta experiencia Ana Moreno, profesora de la Escuela de Danza del Gobierno de Navarra ha aportado la coreografía a tres de las diez piezas musicales interpretadas por "Egunsentia". Las diapositivas de Natxo Zenborain y la iluminación de Afonso Lainez configuran el resto del espectáculo.

    Para Raúl Medinabeitia y Ana Moreno el espectáculo presentado ayer y que viajará por otras localidades de la Comunidad Autónoma Vasca es una experiencia diferente que trata de englobar aspectos diferentes pocas veces relacionados. Desde un primer momento llama la atención el hecho de que txistus y violines compartan partitura. La misma distribución de los músicos en el escenario es atípica y responde a esta idea de innovación y de ruptura con la distribución convencional de una orquesta. Colocados en dos alturas diferentes, aprovechando la propia estructura del escenario y con una percusión elaborada consiguen un efecto sonoro, cuando menos interesante: "Ante todo se trataba de hacer una experiencia diferente
    -comentó Ana Moreno-. Para la Escuela de Danza es fundamental poder actuar con música en vivo y no con cintas grabadas. Es la primera vez que hemos actuado con estas características".

    La gestación del montaje ha durado casi un año, si bien la realización ha llevado bastante menos tiempo: "Lo que más cuesta es tener una idea clara de lo que vas a hacer".

    Coreografía
    Ana Moreno ha realizado la coreografía para tres piezas. "Horiko Txoria", "Vals" y "Capriccio". Las tres piezas han requerido una coreografía diferente interpretada en todo los casos por ocho chicas de la Escuela de Danza: "Para Horiko Txoria preparé una coreografía lenta y suave ya que la música produce una sensación de nostalgia. Las faldas largas y con vuelo colaboran a producir ese efecto. En el vals no quise hacer un baile esperado. Quise romper el ritmo y el tiempo. En general es un divertimento en el que una chica ataviada con tutú y zapatillas de punta no puede bailar porque se lo impiden sus amigas que en todo momento pretenden ser ellas las protagonistas. Al final nadie lo hace. Por último para Capriccio, la música más abstracta, realicé una coreografía fundada en las líneas y en el espacio con seis partes bien diferenciadas. Mezclo en él elementos de danza más clásica como las zapatillas de baile, con los pantalones cortos y los tirantes que llevan las bailarinas

    Además de la convivencia de la música, autóctona armonizada unas veces y las otras más contemporánea, con la danza, las diapositivas que se proyectaron sobre el escenario contribuyeron a crear un ambiente de color unas veces exagerando una idea rítmica y las otras aportando sugerencias. Las diapositivas de Natxo Zenboráin reproducían elementos orgánicos, formas que se revolvían cayendo sobre bailarinas y músicos.
     

 JAVIER MURO. Pamplona
 


 

     Volver