Ayer se
estrenó en la ENT el montaje "Egunsenti
esperientzia", una propuesta de fusión entre la
música, la danza y el color
"Egunsenti
esperientzia" es un espectáculo global. Mezcla la
música con la danza en un montaje que tiene varios
aspectos innovadores. "Egunsenti" nace de la
mano de Raúl Madinabeitia en el conservatorio Pablo
Sarasate de Pamplona. En un primer momento estaba
compuesto por los alumnos de txistu pero la evolución
seguida por el grupo les ha llevado a integrar los
instrumentos autóctonos vascos con el violín,
violoncello, guitarra y percusión. Este atípico
espectáculo se estrenó ayer en la Escuela Navarra de
Teatro y recorrerá otras localidades de la Comunidad
Autónoma Vasca.
Para hacer
esta experiencia Ana Moreno, profesora de la Escuela de
Danza del Gobierno de Navarra ha aportado la coreografía
a tres de las diez piezas musicales interpretadas por
"Egunsentia". Las diapositivas de Natxo
Zenborain
y la iluminación de Afonso Lainez configuran el resto
del espectáculo.
Para Raúl
Medinabeitia y Ana Moreno el espectáculo presentado ayer
y que viajará por otras localidades de la Comunidad
Autónoma Vasca es una experiencia diferente que trata de
englobar aspectos diferentes pocas veces relacionados.
Desde un primer momento llama la atención el hecho de
que txistus y violines compartan partitura. La misma
distribución de los músicos en el escenario es atípica
y responde a esta idea de innovación y de ruptura con la
distribución convencional de una orquesta. Colocados en
dos alturas diferentes, aprovechando la propia estructura
del escenario y con una percusión elaborada consiguen un
efecto sonoro, cuando menos interesante: "Ante todo
se trataba de hacer una experiencia diferente
-comentó Ana Moreno-. Para la Escuela de Danza es
fundamental poder actuar con música en vivo y no con
cintas grabadas. Es la primera vez que hemos actuado con
estas características".
La gestación
del montaje ha durado casi un año, si bien la
realización ha llevado bastante menos tiempo: "Lo
que más cuesta es tener una idea clara de lo que vas a
hacer".
Coreografía
Ana Moreno ha realizado la coreografía para tres
piezas. "Horiko Txoria", "Vals" y
"Capriccio". Las tres piezas han requerido una
coreografía diferente interpretada en todo los casos por
ocho chicas de la Escuela de Danza: "Para Horiko
Txoria preparé una coreografía lenta y suave ya que la
música produce una sensación de nostalgia. Las faldas
largas y con vuelo colaboran a producir ese efecto. En el
vals no quise hacer un baile esperado. Quise romper el
ritmo y el tiempo. En general es un divertimento en el
que una chica ataviada con tutú y zapatillas de punta no
puede bailar porque se lo impiden sus amigas que en todo
momento pretenden ser ellas las protagonistas. Al final
nadie lo hace. Por último para Capriccio, la música
más abstracta, realicé una coreografía fundada en las
líneas y en el espacio con seis partes bien
diferenciadas. Mezclo en él elementos de danza más
clásica como las zapatillas de baile, con los pantalones
cortos y los tirantes que llevan las bailarinas
Además de la
convivencia de la música, autóctona armonizada unas
veces y las otras más contemporánea, con la danza, las
diapositivas que se proyectaron sobre el escenario
contribuyeron a crear un ambiente de color unas veces
exagerando una idea rítmica y las otras aportando
sugerencias. Las diapositivas de Natxo Zenboráin reproducían
elementos orgánicos, formas que se revolvían cayendo
sobre bailarinas y músicos.