En arte nunca se destruye; eso lo dejo para los bárbaros
Natxo Zenborain. Artista
Pamplonés de toda la vida.
Natxo Zenborain está a punto de cumplir los cuarenta y cinco años. Casi se
podría decir que todos ellos dedicados al arte, pues a los nueve años de edad
ya participó en una exposición y con tan solo quince añosd fue reconocido por
artistas tan importantes en Navarra como los hermanos Basiano o Patxi
Buldain. Además de pintar y de investigar nuevas formas de arte, fue uno de
los primeros críticos de arte de la prensa regional Aunque no estamos muy acostumbrados a disfrutar de
su obra en Pamplona, Natxo Zenborain es uno de los artistas navarros con
más proyección internacional. Hace dos años fue reconocido con una mención
en la Bienal de Arte de Florencia y recientemente ha expuesto nada más y
nada menos que en París. Su obra es difícilmente clasificable, siempre en
busca de la innovación y la originalidad.
¿París sigue siendo la cuna del arte? Por lo menos
muestra mucho más interés que Pamplona. Yo llegué allí con la cantidad de
artistas que hay. Pero mi obra que vieron les sorprendió porque es distinta
a lo que se hace habitualmente.
Sus obras no son muy corrientes. Es cierto que
no he visto obras como las mías. Algunos artistas se dedican a hacer la copia
de la copia y cuando esa recopia les ha gustado se ponen a repetirla como
churros. A mí nunca me ha gustado eso, yo prefiero investigar, pensar nuevas
cosas, porque si no sería como un trabajo de fábrica. Un artista se supone
que tiene que estar con la cabeza pensando cosas, recibiendo y trabajando y
eso es lo que estoy haciendo desde que empecé en esos avatares.
Usted recibió
su primer premio a los nueve años. Sí, además
estaban en el jurado Basiano, Ciga y gente así. Fue gracioso porque lo hice
con plumilla, porque me daba miedo el color pero, al tiempo, me di cuenta de
que el color está concretamente medido, calibrado, estudiado y pensado para
el ser humano.
Y entonces casi se pasó de color. Si, y me gusta más cuando mezclo la fotografía y la
pintura. Creo que todo son herramientas válidas para desarrollar algo nuevo.
Antes estaban los clásicos que decían que la fotografía tenía que ser en
blanco y negro con unos esquemas lógicos. Si te fijas cada civilización tenía
sus cánones, eso era lo máximo. Y cada nueva civilización ponía sus propias
normas. Entonces, por qué no jugar con todos los conocimientos y sacar algo
nuevo. ¿No puede pensar alguien que la
búsqueda de nuevos cánones llega a ser destructivo? Destruir en arte, nunca se destruye nada, porque eso
es algo de bárbaros. Yo busco siempre presentar, asimilar, jugar con los
elementos. La destrucción la dejo para los bárbaros, que aunque suena a
lejano, están presentes, hay bárbaros que destruyen toda la cultura. ¿Qué evolución ha llevado tu obra en todos estos años? Como bien dices, ha sido una evolución. Comencé con
dibujos, luego trabajé la fotografía, porque me gustaba desde pequeño. Porque
una foto bonita la saca cualquiera, pero darle vida a esa imagen ya requiere
el uso de la cabeza. Luego me gustó el transforman, con la técnica de
polaroid, que permitía a los tres minutos de obtener la imagen, mover los
pigmentos. Luego vinieron los ordenadores, que también permiten el trabajo
artístico. A mi no me gusta rechazar ninguna herramienta, aprendo de todo. No es la primera vez que acudes al extranjero. ¿Que
captas en el extranjero que no encuentras aquí? La diferencia es abismal. En el extranjero se cuida
lo que se tiene y aquí te partes de risa con lo que hacen. Yo me encontré con
un perro disecado en una vitrina. Les pregunté qué era y me comentaron que
era el último perro que tuvo Napoleón. Aquí preguntas a cualquier pamplonés
dónde está el museo Pablo Sarasate y casi nadie tiene ni idea. Y así en
múltiples detalles, porque aquí viene un turista y no tiene ni idea de dónde
está la catedral o el museo de Navarra porque no está indicado. Entonces me falta
la cultura, la sensibilidad, el saber estar. Y en cuanto a los artistas extranjeros,. ¿Qué ha captado? Hombre , es una amalgama muy grande. Tienes en
evolución y tienes la copia de la recopia y de esos a patadas. Hay algunos
que son divinos porque tienen padrinos y otros que 1o hacen mucho mejor que
están igual en Montmartre. Eso del arte es muy relativo. Hay gente que igual
tiene unas obras buenísimas, pero por desconocimiento de quien debiera, están
ahí ocultos. Hay artistas que no están dónde debieran y otros que están donde
no debieran, pero eso ya es un negocio comercial como cualquier otro donde
hay unos intereses. Performance en pleno centro de París El pasado mes de noviembre y parte de diciembre expuso en la Maison
Basque de París, donde conoció a parte del mundillo artístico que se mueve
por la ciudad del Sena. Como cierre de esta muestra, realizó una performance
en la plaza Marmottan consistente en la colocación de distintas obras en
bancos y papeleras y una serie de huellas de pisadas en el suelo de la plaza.
Según Natxo, «era una forma de romper un poco la monotonía que podía sentir
la gente cuando pasas todos los días por el mismo lugar, aunque ya de por sí
sea hermoso». |